Entre las capacidades más importantes que tenemos los seres humanos, está sin la menor duda la creatividad. Definida como la capacidad de generar respuestas nuevas e innovadoras frente a los problemas, es sin embargo una habilidad que encierra no pocas interrogantes.
Un problema es una situación en la que se intenta alcanzar un objetivo y se hace necesario encontrar un medio para conseguirlo. Cuando la solución es nueva, es decir no se había dado anteriormente, es cuando hablamos de creatividad. Incluso en muchas ocasiones, ya el hecho de plantearse un problema es un acto creativo, porque plantearse un problema exige ver la realidad desde un ángulo diferente. Por ejemplo, cuando Newton se preguntó por qué caen los objetos, esa pregunta -que tantos dividendos le dio a la ciencia-, fue una pregunta muy creativa.
Igual que otras características humanas, la creatividad está presente en todas las personas, en mayor o menor grado. No solamente son creativos los artistas, como algunos piensan, sino todos. Una dueña de casa que debe estirar el presupuesto para que alcance hasta fin de mes muestra un buen nivel de creatividad. Un estudiante que inventa una nueva forma de copiar también es creativo.
Aún en un campo tan riguroso como la ciencia, la creatividad es fundamental. Los astrónomos, con su gran interés por la precisión, y dado que no pueden manipular los astros, se las deben ingeniar de mil maneras para hacer experimentos que de manera indirecta les proporcionen pruebas acerca de las teorías que están tratando de probar. Otro campo en donde se debe echar mano de la creatividad es en la psicología; por ejemplo, para saber desde qué momento los niños pequeños pueden reconocer los colores -ya que no pueden hablar-; en este caso se debe idear una serie de experimentos altamente creativos. En realidad en todas las ciencias y todos los ámbitos es necesaria la creatividad.
Por otra parte, tener un buen potencial de creatividad constituye una ventaja innegable en la actualidad. Esto se ve en las empresas, ya que la competencia a la que están sometidas es tan fuerte que las obliga a competir siendo más innovadoras y contratando talentos creativos. Empresas de vanguardia, especialmente tecnológicas, buscan personas que además de un excelente dominio del aspecto técnico tengan potencial creativo. Y además, estimulan tanto la creatividad en su personal, que esas mismas empresas son capaces de sacar decenas de productos nuevos cada año.
La creatividad se estudia de diferentes formas, desde estudios con técnicas de avanzada para observar el cerebro, pasando por la aplicación de tests, o estudiando las características del ambiente familiar, hasta el examen atento de biografías de personas que son consideradas altamente creativas.
Sin embargo, y por paradojal que parezca, en la enseñanza -en cualquiera de sus niveles-, no se la estimula, o muy poco. En la educación básica, aunque se la ha reconocido como una capacidad esencial, hay pocos programas para su desarrollo. En la educación media y superior sucede otro tanto. Por lo tanto es hora de preocuparse de esto, y generar estrategias y programas para potenciarla, a todo nivel, comenzando desde los primeros años escolares.